Golpe Bajo

Golpe Bajo

Cuando el fuego de la violencia se extiende

Por Hamlet Alcántara

No vamos a apagar ningún incendio en este momento y háganle como quieran:  9 – 11 Culiacán

“La Fuerza es el derecho de las bestias”: Julio Cicerón

La Guardia Real fue al Valle del Norte. Las instrucciones del Rey Hiena eran claras. Hay que poner orden en el Reino invadido por la corrupción y la violencia que hemos forjado por más de 8 décadas. Obviamente las fuerzas del orden fueron rebasadas, porque la mafia ya los estaba esperando y sabía cuáles serían todos sus movimientos.

“En mis 43 años de vida nunca me había tocado vivir algo como esto en Culiacán”, esa fue la frase con la que un comerciante sinaloense describió aquel jueves 17 de octubre del 2019, en el que un operativo fallido para capturar a Ovidio Guzmán López, alias el Ratón fue el inició de un verdadero estado de sitio.

Cuando uno ve los toros desde la barrera, lo más fácil emitir una opinión. Porque si bien es cierto que se volcaron críticas en contra del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, las cuales pueden ser muy válidas, por la liberación del hijo del Chapo Guzmán. También habría que tomar en cuenta otros factores.

“En este momento no vamos a ir a apagar ningún incendio, así te respondían en el 9 -11, oiga pero el fuego está cerca de una gasolinera”, el comerciante se refería a la gasolinera ubicada sobre la avenida Universitarios, esquina con Juan de la Barrera en Tierra Blanca y la Burócrata, donde fueron atacados dos policías municipales y miembros del Cártel de Sinaloa estaban quemando un camión. Eso sin contar los bazucasos, las ráfagas de metrallas, los helicópteros y los estruendos producto de las explosiones que cimbraban las paredes de casas y negocios, además de que parecía que los cristales estallarían en cualquier momento.

“Y los municipales y los estatales ni sus luces”, explica el comerciante, quien por obvias razones prefiere mantenerse en el anonimato, pero aprovecha para criticar con dureza al presidente municipal de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, emanado de las filas de Morena,  “quien brilló por su ausencia”.

Lo curioso es que al día siguiente en una atención a medios, el alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz declaró a los reporteros que la ciudad si estaba preparada para una situación de este tipo. Lo que resulta realmente increíble si se considera que este XXIII Ayuntamiento emanado de Morena, tiene menos de 30 días al frente de la ciudad, y dato curioso van más de 80 homicidios la mayoría de estos producto de una guerra de narcomenudistas que ha dejado miles de muertos en las calles.

Lo que quiere decir que estos nuevos funcionarios son una especie de superhéroes que con tan sólo haber llegado al poder se las saben de todas, todas. Digo esto porque se la pasaron diciendo que la administración anterior no servía para nada, pero ahora a su llegada todo cambio.

`Pero después de este breviario cultural volvamos al tema:

“Usted como periodista debería decir lo que no dicen, que todo esto le pegó a la economía”, porque el viernes las calles de la capital sinaloense parecían las de un pueblo fantasma.

Un mesero narró cómo fue ese jueves negro: “Yo trabajo en un restaurante que está justo en la zona de Tres Ríos y cuando todo empezó iba en UBER a su lugar de trabajo. Quisieron regresar pero era ya demasiado tarde y como cientos de culiacanenses quedaron atrapados en medio del fuego cruzado.

Los días siguientes no fueron mejores, porque la falta de autoridades municipales y estatales del gobernador, Quirino Ordaz Coppel, quien fuera diputado del Partido Verde y desde el 2017 es mandatario de Sinaloa, seguían sin aparecer.

“En algunas colonias se están robando los carros porque los municipales no están trabajando”, narraron sinaloenses a la Revista Dictamen el sábado 19 de octubre de 2019.

Culiacán es mi tierra materna, tengo familia y amigos, ahí estudie parte de mi bachillerato y pasé gran parte de mi juventud en las calles de la colonia Burócrata. En ese tiempo me tocó vivir balaceras y hechos violentos, pero nada como lo que pasó durante el operativo fallido.

Mi reacción lógica al ver lo que estaba ocurriendo fue llamar a mis seres queridos, y lo que comparto en esta columna de Golpe Bajo es una parte de esos testimonios, como el que anteriormente narré en otra publicación, donde el corazón casi se me sale del pecho al escuchar a una de mis tías, hermana de mi madre, llorando porque no podía salir, y mi primo, su hijo había recibido un rozón por disparos. Por fortuna no pasó a mayores.

“La verdad compadre parecía que estábamos en Siria, Irak o un lugar de por allá”, me confesó un amigo entrañable, al que me une el compadrazgo y una amistad de años atrás.

Con todos estos elementos es difícil decir que López Obrador tomó una mala decisión al liberar al Ratón Guzmán. Lo cierto es que de mandar toda la fuerza del estado, es probable que los enfrentamientos podrían haber continuado, y las bajas serían mayores.

“Tenían listas bazucas apuntando a la Catedral y estaban secuestrando personas que matarían si el gobierno no hubiera soltado al hijo del Chapo”, agregó mi buen amigo.

En los medios hubo de todo, a nivel local el teniente coronel, Julián Leyzaola, ex candidato a la alcaldía de Tijuana por el PRD fue uno de los críticos e incluso señaló que se había violado la ley al liberar al presunto narco, pero si no mal recuerdo algo similar le sucedió a él cuando fue Secretario de Seguridad en el trienio del alcalde panista, Jorge Ramos donde se topó de frente con el comando armado del narcotraficante Raydel López Uriarte, mejor conocido como “el Muletas”, y argumentó que no se enfrentó a él para evitar una masacre.

Lo cierto es que Sinaloa es el resultado de años de un sistema corrupto que explotó, porque con una facilidad increíble se fugaron más de 50 reos de un penal, y los integrantes del crimen organizado tenían información privilegiada que les permitió montar una estrategia de ataque.

La gran pregunta es ¿Dónde obtuvieron esa información? Y sin temor a equivocarme podría asegurar que de funcionarios corruptos.

Con todos estos elementos podría decirse que sí, la liberación de Ovidio sí envió un mensaje de debilidad gubernamental, pero también salvó muchas vidas, y podríamos añadir que también dejo ver la vulnerabilidad ante el crimen organizado que se ha empoderado de más.

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