“Lo menos que podemos hacer, en servicio de algo, es comprenderlo”.
José Ortega Gasset
Por Hamlet Alcántara
El fuego purifica y ayuda a que las cosechas vuelvan a renacer, en otras palabras es el preámbulo del cambio, o por lo menos eso pensaban algunas antiguas culturas, le decía el Creador al Búho Sabio mientras miraban desde la cima de la montaña un incendio que se extendía por el bosque.
Los últimos días de este mes de octubre trajeron consigo una de las condiciones de Santa Ana más cruentas en la historia del estado. Los climas secos y los fuertes vientos provocaron una contingencia que al menos en Tijuana provocaron más de 160 incendios, algo nunca antes visto en la historia.
No cabe duda que este tipo de tragedias nos muestra nuestras fortalezas como sociedad. Una de ellas fueron nuestros Cuerpos de Bomberos, quienes demostraron de que están hechos y se levantaron como los héroes que son, trabajando por la sociedad, no en las mejores condiciones, por el descuido de los políticos que encabezan nuestras instituciones. Hay que decirlo también.
Otra gran fortaleza la solidaridad que siempre mostramos los mexicanos, porque la comunidad tijuanense de inmediato se movilizó para apoyar a los damnificados y se instalaron centros de acopio.
Pero los Vientos de Santa Ana también revelaron la otra cara de la moneda, como lo es hoy en día la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, la CESPT que antes fue la joya de la corona de las administraciones panistas, hoy esté lejos de ser lo que era.
La prueba es que muchas colonias de Tijuana están sin agua desde que comenzó esta contingencia.
Claro que existe más de una explicación oficial para esta situación; que si falló la electricidad y la CFE no tiene para cuando reparar equis aparato, que la Presa El Carrizo ya no tiene agua como en el 2018, que el calor aumentó la demanda en el servicio, etcétera, etcétera.
Lo evidente es que la administración que hoy termina y que encabezó durante 6 años el panista Francisco Kiko Vega de Lamadrid, no sólo terminó de derrumbar al PAN, sino que también echó a perder la única paraestatal que tenía los primeros niveles de efectividad a nivel nacional.
Quizás el último director que mantuvo a flote la CESPT, fue el todavía Secretario de Desarrollo Social, Alfonso Álvarez Juan, porque después de él, los titulares del organismo tuvieron un paso tan equis que ni siquiera dan gana de mencionarlos.
Seguramente podrán decir, los pocos seguidores que todavía tiene Kiko, que él no acabo con la CESPT que fueron los diputados que no lo dejaron hacer su desaladora y podrán sacar una lista de pretexto, incluso decir que la comunidad usa indiscriminadamente el vital líquido, los cual también es cierto, pero vamos con los hechos políticos:
Cuando Baja California se convirtió en el primer gobierno de oposición con la llegada de la Ruffomanía, el gobernador Ernesto Ruffo nombró a José Guadalupe Osuna Millán director de la CESPT.
En aquel entonces el servicio de agua potable en Tijuana era una verdadera utopía. Casa sin cisterna simplemente no servía.
Osuna Millán rediseñó la paraestatal y de ahí en adelante el agua nunca faltó en Tijuana.
Con el panista como gobernador la CESPT lógicamente estaba en la lupa, porque José Guadalupe si sabía lo que la paraestatal representaba, política y socialmente, y eso le alcanzó para ganar la elección a Kiko, quien simplemente no peló a la CESPT como debiera.
No le dio seguimiento a programas como el Proyecto Morado, de reuso de agua tratada, que es una alternativa para el desabasto, porque cada metro cúbico de agua reusada, representa un metro cúbico de agua potable más. Y no se sabe a cuantos programas más quedaron en el olvido, porque si se hicieron cosas pues simplemente no se sabe, ya que tampoco se tuvo una estrategia de comunicación más allá de informar de los cortes de agua cada día más frecuentes (independientemente de los Vientos de Santa Ana) porque hoy en día por lo menos un par de semanas al mes, muchas colonias de la ciudad y de Rosarito, sino es que todas, padecen las faltas de agua.
Lo cual de continuar va a terminar afectando la economía e incluso las inversiones extranjeras porque una ciudad sin agua no tiene futuro, y eso es lo que nos está heredando Kiko Vega, entre otros desastres.
De ese tamaño es el reto para Rigoberto Laborin, quien asumirá la dirección de la CESPT, aunque podemos tener esperanza porque él es un conocedor y experto en el tema.
Y hablando de los cambios que están de moda pues en Tijuana ya están en marcha con la administración de Arturo González Cruz, porque ya le cambió de nombre a las dependencias hasta la SSPM ya se llama SSPCM, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana Municipal o SEDESOM que ya es la Secretaría de Bienestar o algo así. Ah y también los colores de los logotipos cambiaron del azul al guinda.
Pero el cambio más notorio es el de la regidora Mónica Vega, quien ahora es todo dulzura y no alza la voz en tema como la renta de los camiones de basura que está administración tanto crítico, pero que ahora continúa o el caso del Casino Arenia, que si se hubiera presentado en el XXII Ayuntamiento de Juan Manuel Gastélum, la regidora hubiera pedido que la Santa Inquisición lo quemará con leña verde.
Y hablando de más cambios pues también está que el gobernador entrante Jaime Bonilla ya ve con otros ojos al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, porque él dice que ya no tiene comunicación con él.
Bueno esperemos a ver qué pasa.