Aquella mañana por la montaña

Aquella mañana por la montaña

Texto y foto: José Gabriel López Mejía

Aquella mañana por la montaña puse en el recuerdo las muertes de los insurgentes, el recuerdo de la juventud sacrificada.

Aquella mañana por la montaña me platicaron la emboscada, la inocencia pisoteada por la crueldad y la barbarie.

La montaña lloró cuando entendí como en ese prado, el mismo que usaba el ejército para concentrar prisioneros de guerra, la ejecución era la única alternativa legal que mostraba.

Fueron dos horas para llegar y dos más para el regreso, pernoctando en las ciudades donde se dieron los escenarios más sangrientos y… el pueblo no olvida.

Eso fue hace mucho tiempo, pero los abusos son los mismos. El poder revienta las bocas que claman igualdad, el adiós al régimen que mata por encargo.

Aun los veo: no llegan a los 19 años y están armados, no controlan el peso del fusil, se ven nerviosos, ansiosos por descubrir un traidor… jalar del gatillo.

En la noche los disparos, por la mañana el recuento de los cuerpos y la manipulación de información. Mismo lugar, diferente misión.

Temíamos encontrar el convoy de mercenarios y nos ganó el sol viajando, lo vimos de frente calentar nuestra cara antes de huir y obligarnos a recordar la tragedia que nos movilizaba.

Después el encierro, escuchando radio, televisión, enfrentando la incoherencia mediática, físicamente sentado, mentalmente agazapado en una esquina oscura… solo pollo, ensalada de lechuga y una soda para cenar.

Con trastorno del sueño.

Nada es diferente, la injusticia y la opresión se financian; las limitaciones de salud, la demagogia y la crueldad oculta de los paramilitares nocturnos que se pierden en la confusión del discurso oficial y los cuerpos desaparecidos en el monte.

¿Quién tiene el valor de luchar contra ello?

El Pueblo.

Aun los recuerdo con sus armas hechizas bloquear las carreteras, truncar tu camino, investigar tu ruta y sentenciarte a muerte.

¿Qué llanto se recuerda con mayor dolor?

¿Será el de las madres viendo morir a sus hijos en las calles, de los estudiantes viendo morir a esas madres que protestaban o el de los otros jóvenes, las otras madres y los otros estudiantes que no fueron alcanzados por las balas durante la protesta social?

Aquella mañana por la montaña entendí mi misión, me hice comprender el motivo de la lucha tras viajar veinte años en el pasado, justo en la zona de conflicto.

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