Sergio Haro Alcaráz
Editorial Edhalca.
Guadalajara, Jalisco a 25 de marzo de 2022.
Antecedentes.
En marzo de 2020 iniciamos un aislamiento masivo con motivo de la irrupción de un nuevo virus, el SAR Cov 2, mejor conocido como Covid, esta acción afectó dos de los mercados más importantes para las editoriales independientes: las ferias de libro y las escuelas, lo que representó una caída del 49% de las ventas en el segundo trimestre del año y que se desplomó hasta el 60% en el tercer trimestre.
Además de la caída en las ventas las editoriales sufrieron un incremento en el costo del papel, ya que el paro generalizado provocó una disminución significativa en la producción; los costos del papel debido a la escasez alcanzaron hasta el 70% de incremento, provocando la suspensión de nuevos proyectos y reimpresiones, las editoriales independientes, que han sobrevivido a guerras, dictaduras, devaluaciones, persecuciones, y un sinfín de calamidades, por primera vez en su historia se detenían.
Las personas que dirigen una editorial independiente cuentan con actividades laborales que les dan el sustento y es por eso que muy rara vez se veían afectadas por los problemas del mundo, pero en esta ocasión la pandemia arrasó con todo, pues el paro afectó sus fuentes de ingreso subsidiarias que por décadas habían mantenido a flote a estas pymes: Docentes, comerciantes, profesionistas; todos cayeron en paro, y, aún sin poder creerlo, varias editoriales y librerías desaparecieron, así, de pronto, como por un chasquido de Thanos.
Adaptación para la supervivencia.
Así las editoriales independientes tuvieron que replantearse el modelo editorial, viéndose obligados a voltear a la edición digital, que por años había sido el enemigo a vencer.
El modelo tradicional de la edición consiste en cuatro aspectos:
- El autor, encargado de la propuesta creativa.
- El editor, responsable de la prospectación de nuevas propuestas y el diseño de marketing.
- La imprenta, que se encarga de la producción de textos.
- La librería, orientada a la comercialización y venta del libro.
La pandemia partió este modelo en dos dejando a la imprenta y a la librería sin opciones de trabajo; los editores tuvieron que migrar al modelo Transmedia, es decir, a la digitalización de sus servicios. El nuevo modelo presenta los siguientes aspectos:
- Autor, que adquiere independencia al no depender de una industria que lo censuraba, aumenta sus regalías con las nuevas propuestas de plataformas digitales, se convierte en su propio agente literario al gestionar sus redes y atender a sus lectores y propuestas editoriales, y al mismo tiempo globaliza su marca y su obra.
- Digitalización del libro, economizando costos, autogestionando la edición, dando mayor accesibilidad por utilizar varios formatos y aumentando enormemente la bibliodiversidad del mercado.
- Las tiendas virtuales, que han mejorado las condiciones de regalía y han desarrollado aplicaciones que permiten diversificar las propuestas de consumo, permitiendo los E-books, los audio libros, la impresión bajo demanda y la migración cinematográfica, ya sea amateur o bien profesional.
Esta última, la de las plataformas de tiendas virtuales, ha creado espejismos que hacen pensar a un escritor que no necesita del auspicio de una editorial. El autor se engaña pensando que el manejo de sus redes sociales le pueden generar el mercado que necesitan sus libros; asumen que son ellos los que llenan los lugares que les gestionan sus editores, llegando a pensar que las editoriales se aprovechan de sus escritores lucrando con las actividades en los que los invitan a participar.
Incluso llegan a responsabilizar a las editoriales por las bajas ventas de su obra cuando en realidad se deben de analizar otros factores, tales como:
- El contenido de la obra.
- El carisma del autor.
- El tiraje para su distribución.
- El contexto social.
- El promedio de lectura, en México por ejemplo se dice que cada mexicano lee en promedio 2.8 libros al año, pero según encuestas del Inegi 8 de cada 10 mexicanos nunca han leído un libro, de tal modo que ese 2.8 en realidad lo leen sólo el 20% del país.
El autor debe entender que, si bien es una de las piezas fundamentales del ecosistema del libro, necesita de la editorial y de las librerías para sobresalir en el mercado del libro. Al final, el autor se da cuenta de que no puede hacerlo todo, es necesario colaborar para salir adelante.
Es por ello por lo que las editoriales independientes han puesto en marcha varias acciones para enfrentar el futuro y buscar su supervivencia.
Acciones por realizar.
Primero: Desarrollo digital, las editoriales están realizando alianzas con plataformas y tiendas virtuales con la intención de hacer más accesibles sus títulos.
Segundo: Mejorar la gestión de sus redes sociales con una clara tendencia al marketing.
Tercero: Actualización digital, se preocupan por las nuevas aplicaciones, redes sociales y plataformas.
Cuarto: Migración al nuevo modelo editorial, evitando stock y desgaste de materiales; con la impresión bajo demanda siempre habrá libros con olor a nuevo, a pesar de lo viejo que sea el catálogo de títulos.
Quinto: Implementar libros Transmedia, es decir, una obra en varios formatos: E-book, audiolibro, interactividad, etc.
Sexto: Reactivación de Ferias de libro, esto es fundamental para estimular el acercamiento de nuevos lectores.
Séptimo: Reestructuración de la relación comercial entre editorial y librería, entendiendo que, si no se realiza, las librerías están en riesgo de extinción.
Octavo: Generar lectores infantiles, es necesario regresar el estatus quo en el que debe estar la lectura, se trata de una guerra frontal contra los servidores y las redes sociales.
Estas acciones permitirán a las editoriales independientes sobre llevar la crisis por la que atraviesa y a largo plazo regresar al oasis en que se encontraba, porque es por todos sabido que los libros no se hacen por dinero, en realidad son un gusto sufrido que da sentido a nuestras vidas.
Invitamos a las editoriales independientes a participar en la defensa de esta industria, es necesario agruparnos en asociaciones como la de Los libreros de occidente A.C. o en grupos como la Liga de editoriales independientes (LEI) y formar un gran brazo que nos permita abrir nuevos espacios, llegar a nuevos públicos, y claro está, garantizar nuestra supervivencia.