- Los espacios entre asientos son muy pequeños y todo lo venden a precios muy altos
Los retrasos en los vuelos de la aerolínea Volaris se han convertido en una constante, en un servicio que cada día deja mucho que desear y va en decadencia.
Para muestra un botón, el vuelo de Tijuana a México de la noche del miércoles 24 de noviembre que estaba programado para llegar a la CDMX a la 1:30 del jueves 25 de noviembre, llegó poco más de dos horas después.
Pese a que al subir al avión en algunos vuelos presumen de ser la aerolínea más puntual, en el vuelo de Campeche a México del lunes 29 de noviembre se volvió a presentar una demora de poco más de dos horas.
Los usuarios también se han quejado del servicio, ya que los enganchan con precios bajos, pero a hora de querer incluir servicios básicos como documentar equipaje el costo del viaje se incrementa y solamente los pasajeros de Clase Premier pueden estirar las piernas, porque el resto viajan en asientos sumamente estrechos.
Por lo tanto resulta prácticamente imposible guardar una sana distancia, además de que ya no existen las bebidas o botanas de cortesía, porque todo lo venden a precios excesivos y el pasajero debe pagar con el importe exacto o bien con tarjeta porque los señores de Volaris no tienen cambio.
